4/01/2015

¿Qué hacer si ves matemáticas por todos los sitios?

Un día más lleno de rutinas. Y un día más eres consciente de las matemáticas que te rodean. 

Desde que te levantas por las mañanas cuando suena el despertador. Calcular el tiempo que tienes para terminar de arreglarte, desayunar las galletas redondas y llegar a tu hora al trabajo. La distancia de las vías del metro. O incluso cuántos vagones tiene el metro y ¿cuántos viajeros cabemos?, ¿y si se quita el apoya brazos cabría una persona más para sentarse?

Luego en el cole, con los niños, cómo distribuir la clase, o cómo colocar a los niños para que trabajen más y mejor, hacer malabarismos para ver cuántos escalones somos capaces de superar con tan sólo un salto, o escuchar contar a los niños, o verlos cómo calculan la distancia necesaria para marcar el gol decisivo que les hará ganar el primer partido del día en un tiempo récord de 30 minutos.



Estimamos la cantidad de comida que vamos a comer, y sentimos cuando estamos llenos o medio llenos para tirar el resto del día; la cantidad de azúcar que necesitamos para que el café esté en su punto. Las medidas de la puerta del colegio para que salgan varios niños a la vez sin provocar avalanchas peligrosas. El patrón de los adoquines por los que caminas de camino al metro de vuelta, ¿y si me paro a ver el perfecto escaparate para ver la nueva temporada de primavera-verano?. En cambio, si me despisto demasiado meto el pie en la alcantarilla redonda para que su propia tapa no se cuele, cosa que no impide que yo meta mi pie, si se pusiera una señal de peligro con forma de triángulo lo hubiera visto y haberlo podido evitar.

¡Uy! Han pasado los 15 minutos que calculé tardaría en irme a la cama que por cierto, las medidas son 1.20 x 1.80 (o eso creo).

Propongo desde aquí, ¿dónde se puede ver o sentir las mates?


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